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El fulgurante ascenso y caída de Ken-chan, el camarero robot

Publicado: 2012-06-19

Lanzado en 1985 por la compañía japonesa Daimichi Koki, Ken-chan era un ‘camarero robot’ de 122 cms de altura que deambulaba entre las mesas del restaurante Grazie de Tokio, ayudando en lo que podía –que pronto se comprobó que no era mucho– pero especialmente echando una ‘mano’ en la selección de vinos.

Los orígenes

Según publica Paleofuture, uno de los blogs del Smithsonian –el mayor museo y complejo investigador del mundo– fue uno de los administradores del restaurante, Kenichi Echiuya, quien detectó por primera vez el robot en 1985, en la Feria Mundial de Tsukuba, Japón, más conocida como la Expo ‘85.

Las primeras noticias y artículos escritos acerca de él por los medios de comunicación internacionales fueron muy notorios y optimistas sobre su futuro, de modo que Kenichi Echiuya se hizo con Ken-chan por 43.000 dólares, unos 34.000 euros, que actualizados al día de hoy con la correspondiente inflación equivaldrían a 68.000 euros.

Ken-chan estaba supuestamente dirigido por un sensor de radar tenía la misión de detectar los objetos alrededor de Ken y hacerle maniobrar dentro de los ajustados límites de un restaurante. Sin embargo, el camarero robot estaba lejos de ser un empleado autónomo, ya que necesitaba ser guiado por una mano humana a través de control remoto y de un fastidioso cable de casi 4 metros de longitud.

El ascenso

No era capaz de tomar una sola comanda ni de servir una mesa, pero atraía a los clientes, que acudían a Grazie para conocer de cerca la novedad. El popular camarero metálico únicamente podía pronunciar 15 frases diferentes en japonés, como "mi nombre es Ken" o " ¿de postre?", pero sin embargo se podía añadir a su repertorio la canción " Cumpleaños Feliz " por un módico precio adicional de 425 dólares (335 euros).

La caída

Pero tan sólo un par de años después, en 1987, Ken-chan se había convertido en un exagerado símbolo de la decadencia de los robots. Al parecer, había estallado la ‘burbuja de los robots’, que se produjo cuando se comenzó a especular sobre la posibilidad de que estos pudieran sustituir a los camareros humanos.

La edición del 11 de marzo de 1987 del diario Pacific Stars and Stripes decía: “Los científicos predijeron que el ahorro de mano de obra gracias a los robots iba a revolucionar la industria en el siglo XXI y a liberar a miles de personas del servil trabajo de la hostelería, pero el gerente de Grazie, Mitsugu Watarai, intentó introducir en su restaurante a uno de estos camareros metálicos y ahora reconoce que la idea es impracticable”.

El futuro

Actualmente Ken-chan se encuentra inmóvil y abandonado en alguno de los rincones del restaurante, acumulando polvo a la espera de que algún día se le pueda aplicar una tecnología que le ponga al día sobre los nuevos y numerosos avances en la restauración y la gastronomía actuales.

Aunque visto así la imagen resulta deprimente, de algún modo es también muy esperanzadora, al demostrar que la previsión que auguraba que los robots podrían sustituir a los humanos no se ha cumplido.

Foto 1: Mitsugu Watarai con Ken-chan. Imagen original de Pacific Stars and Stripes (11-03-1987) reproducida por Paleofuture

Foto 2: Ken-chan. Imagen original de Pacific Stars and Stripes (12-09-1985) reproducida por Paleofuture

Nota tomada de: Diario de Gastronomía


Escrito por

La mula

Este es el equipo de la redacción mulera.


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